En el tiempo en que nacieron las estrellas y los sueños empezaron, los dioses de la luz y la oscuridad donaron al mundo sus hijos: eran los primeros dragones. Esos regios reptiles que se encumbraban por los cielos de Krynn eran diez: cinco hijas predilectas de Paladine y otros cinco hijos audaces de Takhisis. Los Dragones hembra del Padre de Platino eran criaturas de luz y bondad y tenían los colores de los metales que dan brillo y fuerza al mundo: el oro, la plata, el latón, el cobre y el bronce.
Aquel quinteto de dragones hembra tenía su guarida al oeste de Ansalon y ahí moraba desde hacía muchos eones cantando alabanzas a Paladine, en la enorme cordillera de altas cumbres que un día se llamaría Kharolis. En oposición a estos dragones hembra, existían los cinco hijos de la Reina Oscura, unas criaturas de maldad implacable ordenadas conforme a los colores de su matriarca: rojo, azul, negro, verde y blanco. ellos sembraban la confusión y la destrucción en nombre de Takhisis y cada reptil era un azote de caos y desolación para una parte del mundo.
En los últimos tiempos, igual que las hijas de Paladine, estos dragones de colores se habían asentado y las grandes montañas de la parte central de Ansalon eran su guarida. Posteriormente aquella región de fuegos latentes y volcanes se conocería con el nombre de Montañas Khalkist. Había transcurrido más de la mitad de una era y el número de diez dragones se conservaba. Como eran seres de tiempos antiguos, cuando alcanzaban la madurez completa no envejecían más pero tampoco procreaban. naturalmente, Paladine y Takhisis deseaban que sus poderosos hijos les dieran nidadas para así poder poblar Krynn con dragones.
Pero durante los eternos milenios de la prehistoria, los esfuerzos de los dioses fracasaron hasta que al final el mundo sufrió un cambio en la historia de la evolución y los ogros y los elfos poblaron la tierra. Cada uno de estos pueblos reclamó reinos para ellos. Adoraban al Padre de Platino y a la Reina Oscura, pero les dieron otros nombres: Paladine fue E'li para los elfos y los ogros llamaron diosa de las Tinieblas a la Reina Oscura. Por fin, con la ayuda de sacrificios mortales y magia cósmica, Paladine y Takhisis averiguaron el secreto del engendramiento: la creación de huevos.
Ambos dioses se aparearon con los dragones de su propia descendencia y por fin sus esfuerzos se vieron recompensados con una nidada de la propia Reina Oscura y otras cinco más pequeñas de cada una de las hijas de Paladine. De las cinco hijas de Paladine se engendraron 20 huevos, cuatro de cada una de ellas. Las hembras de colores fueron muertas por los hijos de Takhisis en emboscadas tendidas con ayuda de los ogros: el Dragón Plateado fue muerto por Arkan, el Dragón Azul; el Dragón de latón cayó ante Korril, el Dragón Verde; el Dragón de Bronce fue destruido por Akis, el Dragón Blanco y Corrozus, el Dragón Negro, dio muerte al Dragón de Cobre.
La Hembra de Dragón Dorado, Aurora, se enfrentó y dio muerte a estos cuatro con la ayuda de la magia y la furia, y se enfrentó al último de los hijos de Takhisis, Furyion, en la cueva enclavada en el Valle de Paladine, donde estaba su nidada y la de sus hermanas. Su último conjuro la transformó en piedra al tiempo que sujetaba a Furyion, muriendo ambos dragones al tiempo. Transcurrido mucho tiempo, nacieron los hijos de los diez primeros dragones. De la nidada de la Reina Oscura nació la hembra roja Crematia, que mató a todos sus hermanos y hermanas y era la favorita de Takhisis.
También nacieron dragones de los otros cuatro colores, y la Reina Oscura tuvo que separarlos de Crematia o también hubieran muerto. De la nidada de las hembras de Paladine nacieron 13 dragones: los dorados Aurican, Oro y Mydass; los plateados Darlantan, Kenta y Turq; los de bronce Burll y Aysa; Fundidor y dos hermanas de latón y Blayze y su hermana de cobre. Cuidados y enseñados por Paterdracum, dejaron los nidos para volar por Krynn.
La hembra roja, Crematia, recibió la magia de Takhisis, mientras que Aurican, junto con los magos Fanyan Padran, el túnica roja, Parys Dail, el túnica blanca y Kayn Witsnall, el túnica negra, viajó al reino de Paladine y consiguieron que Solinari, Nuitari y Lunitari les dieran las Piedras Dragontinas, que servirían para expulsar a todos los dragones de la Reina Oscura de Krynn, excepto a Crematia. Aurican devolvió la magia a los dragones tragándose una esquirla que se desprendió de cada una de las tres lunas, cada una de ellas una tumba cuando los dioses fueron muertos en castigo por devolver la magia a Krynn.
Crematia fue muerta La siguiente generación de dragones del bien, hijos de Aurican, Darlantan, Fundidor, Burll y Blayze, debe enfrentarse a la 2ª guerra de dragones siendo aún muy jóvenes; de todas las crías sólo una pareja de cada color consigue salvarse: Auricus y Blythe de los dorados, Callak y Daria de los plateados, Dazzall y Krayn de latón, Brunt y Dwyll de bronce y Tharn y Horim de Cobre, y se dispersan por Krynn mientras los tres magos consiguen desterrar del mundo a todos los dragones de Takhisis encabezados por Fuego Mortal, hijo de Crematia.
Durante el sueño, los dragones permanecen en suspendo animado a lo largo de un período indefinido, hasta que alguien los despierte.También Paladine y los Dragones del Bien abandonaron el mundo en aquella época por propia iniciativa. Puesto que Takhisis partía, también el Supremo debía hacerlo para restablecer la equidad. La mayoría de los reptiles fieles al bien, obedientes al mandato de Paladine, se adentraron en las entrañas terrestres y durmieron como antes habían hecho sus hermanos.
Persisten historias y habladurías de que otros pocos reptiles del bien se trasladaron a un paraje denominado Isla de los Dragones, un jardín aislado y envuelto en brumas que se eleva en una localización ignorada. De estas islas les robaron los huevos que luego se usarían para crear a los draconianos, y les hicieron prestar juramento de no intervención los dragones del mal. Fue Silvara, la hermana pequeña del plateado Lectral, quien junto con Gilthanas, el elfo del cual se enamoró y junto al que luchó en la Guerra de la Lanza, descubrió el destino de los huevos de los dragones del bien y logró convencer a estos para que desistieran del juramento prestado e intervinieran en la guerra.
Allí se vería después a muchos de estos dragones reunidos para tomar venganza: la propia Silvara, Lectral (que llevó al caballero de la corona Alsar Dane), Quallathan el dorado, que sirvió de cabalgadura a Laurana, Cymboll el de cobre junto con Portios el elfo, o Kirsah el de latón que llevó a cuestas a Flint Fireforge y a Tas.
Bueno, bueno, fantástico! Ya sabes que es uno de mis temas preferidos. Ah! Lyodrán te manda un fuerte abrazo. Bueno no muy fuerte, tú ya sabes...
ResponderEliminarMe ha encantado tu blog. a mi me encantan los seres mágicos en especial las hadas y disfruto mucho con todos estos temas. También tengo un blog donde me gusta compartir las maravillas que encuentro con la gente que adora a estos seres como yo. Te invito a que visites mi sendero.
ResponderEliminarUn beso
http://elsenderodelashadas.blogspot.com
Yo conozco a un hada de agua y te diré que es el hada más exquisita que conozco, aunque a esta, si le agradan los humanos. Entrar en tu espacio es deslizarse por un mundo de ensueño.Enhorabuena.Gracias por visitarme
ResponderEliminarSaludos
Lo tienes muy bonito el blog, decorado hasta el techo jaja.
ResponderEliminarUn beso guapisima.
que fantastica istoria me encantan los dragones
ResponderEliminarMe encanta tu blog. Yo soy escritora de cuentos infantiles y he escrito un cuento de dragones y una brujita que es su amiga, ahora voy por el segundo cuento que es la continuación del primero.
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